25 años descubriendo el carisma franciscano-capuchino (y clariano)

segunda-feira, 12 de janeiro de 2009

“Entre otros beneficios que hemos recibido y aun recibimos diariamente de la generosidad del Padre de toda misericordia (cf. 2Cor 1,3) y por los cuales más tenemos que agradecer al glorioso Padre de Cristo, está la nuestra vocación que, cuanto mayor e más perfecta, más a Él es debida. Por eso, dice el Apóstol: Reconoce tu vocación (cf. 1Cor 1,26).”

Con esta frase del Testamento de Clara quiero dar gracias a Dios, por el don de mi vocación franciscano-clariana-capuchina. Fue descubriendo a lo largo de estos años de mi vida, por la cual también igual Clara, “doy gracias a Dios porque me has creado”.
Agradezco por los muchos dones que me regalo el Señor: mi familia, mis padres e hermano, mi ciudad y la región tradicional del Vale del Paraíba. La sociedad que participé e da Iglesia de la antiga diócesis de Taubaté, los padres Redentoristas asesores de la Pastoral de la Juventud e sobretodo por las Hermanas Terciarias Capuchinas que me iniciaron en el conocimiento de Francisco e su movimiento.
Mis profesores y amigos de escuela, mis estudios e el gusto por las ciencias exactas. Mis trabajos y la participación en los movimientos de base, estudiantiles, sindicatos e partidos, que me llevó a participar de una Iglesia comprometido con los pobres.
De modo especial doy gracias por la Provincia de los Capuchinos de São Paulo, que me aceptó, formó, suportó y que muchas veces me perdonó, me envió para varios servicios y misiones. Doy gracias por mis formadores (todos los frailes), de modo especial el “siempre maestro” Fr. Serginho, en el postulado, a Fr. Leonel, el “viejo” guía, y “in memoriam” a Frs Bellotto e Sigrist. A mis compañeros de grupo. Agradezco a todos los hermanos de la Provincia que contribuyeron para que yo pudiera llegar hasta ahora.
Agradezco la Familia Franciscana, otros hermanos y hermanas (consagrados e laicos) que me ayudaron a amar el Cristo de Francisco y Clara.
Por lo último quiero agradecer a la Misión del Norte de México que me recibió, a cual sirvo con mucho amor e donde renové mi deseo de seguir siendo fraile-capuchino en la última Asamblea de la Misión, en las manos del Provincial Fr. Mateo.
Usando de las biografías agradezco a Dios y pido la oración de todos para que a ejemplo de Francisco pueda concluir:
“Es esto que yo quiero, eso que busco, es eso que yo deseo hacer con todas las médulas del corazón”. Y “vamos empezar a servir a Dios, mis hermanos, porque hasta ahora poco o nada hicimos”.

Fr. Pedro Cesar Silvério, OFM Cap
Tres Ojitos, Enero de 2009.